TawaKun: Una tarde de respetuoso fútbol.

Crónicas sobre Japón, su cultura, su gente, y su día a día. Aventuras y desventuras de A. Tagua.

miércoles, 13 de julio de 2011

Una tarde de respetuoso fútbol.

Pues el otro día, acompañado de mi colega Pablo, y un amigo japonés, nos fuimos al fútbol. Por 20 euros disfrutamos de un partido de primera división que enfrentaba al Vissel Kobe contra, el ganador de la temporada pasada, el Nagoya Grampus.
Los jugadores calientan sobre el cesped.
Quedamos tempranito, el partido empezaba a las 19h de un caluroso sábado de verano (sí, ya por fin es verano aquí). Nuestra entrada estaba detrás de la portería, íbamos con los visitantes, pero al fin al cabo con los que iban a ganar salvo sorpresa. A pesar de estar un poco lejos, habían llenado completamente las gradas para ver a su equipo, nos encontramos entonces como en familia, pues la afición de Nagoya se llama así: La Famiglia.
Con "La Nostra Famiglia"
El partido futbolisticamente hablando fue una verdadera patata, pero como estoy abandonando poco a poco, el preciado arte español de criticar, digamos que, se puede jugar mejor. En Japón no se critica, y generalmente no se utilizan expresiones o palabras de fuerte contenido negativo, o que puedan ofender. Por ello mismo el partido fue un alucinante espectáculo de respeto.

Al empezar, los aficionados de ambos equipos cantan, en orden, sin malas palabras, suele sonar frecuentemente nombres de jugadores en los cantos, y la típica canción pegadiza de los aficionados. Movimiento de banderas, pero todos ordenados, y guiados por un líder. El líder, megáfono en mano, es el que maneja la orquesta, aquí nadie canta lo que quiere, ni se sale del orden.

Los seguidores de Kobe, desde el otro Gol, respetan en silencio, al igual que todo el campo, los animo de Nagoya, cuando el speaker nombra, uno a uno, la alineación de sus jugadores. Al contrario, lo mismo, nos callamos todos, para que Kobe cante su himno, y coreen su alineación. Espectacular, cero abucheos, silencio total en nuestra zona.

Comienza el partido, y se veía venir, solo una tarjeta amarilla en todo el partido, casi no hay faltas, nadie se empuja, nadie insulta, nada de piscineos, malos gestos o algo parecido. El partido en su mayoría de tiempo se mantiene 0-0, ya casi aprendiendo los cantos, llegamos al descanso.

Un brasileño nacionalizado, un colombiano, y un australiano completan la japonesa alineación del Nagoya Grampus, el juego exclusivamente es por banda, nada de moverla como La Roja, o de pases a lo Guti, es un fútbol, con poco gol, y poco juego en centro de campo.

El estadio muy bueno, cubierta disponible para posibles lluvias, no tiene mucha capacidad, en la pantalla aparece que hay unas 17.000 almas en el interior. La prensa tiene más de media grada, pero solo hay unos pocos. El fútbol, todavía sigue moviendo menos gente que el Béisbol en este país. Por cierto que tengo que ir a ver a los Hanshin Tigers, buen equipo de la liga japonesa.

La segunda parte transcurre con tranquilidad, pero a 15 minutos del final, hacen la mejor jugada del partido, y el Nagoya mete un golazo. Menos mal que pude cantar gol, un poco más de ruido en la grada, pero nada de desorden.
Campo con cubierta. Momento del partido.
Cuando termina el partido, de nuevo me sorprendo, el equipo de Nagoya entero viene hacia las gradas, y hacen una reverencia, a la vez que un gesto de animo, todos lo repiten. Recorriendo toda la grada se despiden. Soprendentemente el Kobe también hace los mismo, dan una vuelta entera al campo! Pero no hacen reverencias de ánimos, sino de perdón, dejan su cuerpo más tiempo de lo normal abajo, en el momento de la reverencia. Hacen esto una vez por cada grada. Nadie se ha ido del estadio antes, nadie de ningún equipo ha dejado su sitio, al menos hasta ver a los jugadores frente a su asiento. Por ultimo el jugador que metió el gol viene a la grada después de atender a la prensa, y volvemos a saludarlo junto con los demás. Sencillamente sorprendente.

Salimos en riguroso orden, en la calle la gente hace fila guiada por la policía, digamos que es una fila gruesa, pero nadie se impacienta, o intenta adelantar posiciones. Con este orden llegamos hasta el metro. Hora de ir a Sannomiya a tomar algo de comer, y beber. Nos encontraremos allí con otros dos colegas Japoneses que he conocido este finde.

En pocos segundos, sois capaces de comparar esto con un partido de España verdad? Eso sin hablar de otros países con mas sentimiento sobre fútbol. Os dejo reflexionar.

1 comentario:

  1. El fútbol japonés es una lección de civismo. Buen procesado al dejar sólo en color el detalle para enfatizarlo en la de la pancarta. Espectacular la foto del estadio. Saludos.

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