Templo dedicado al amor. Kiyomizu-Dera, Kyoto. |
El
tiempo pasa deprisa, aunque a veces se hace largo e intenso. Siento
que he avanzado muchísimo, pero también veo que aun queda un largo
camino para sacar algo interesante de lo que es mi primera etapa en
este país. Las clases bien, pero ya va siendo hora de trabajar, mi
cara aparece en la web, y en la publicidad de una academia de
idiomas, soy el profesor de español, pero los alumnos tardan en
llegar. Dí mi primera clase, pero después todo ha sido un poco
raro.
La
alumna a la que di la clase no ha repetido, quería convencer a una
amiga para que viniera con ella, y aun no sabemos nada. Otro alumno
dijo que venía, y hasta dos veces fuí a la academia para ver como
no se presentaba.
Y
ayer, desafiando al Tifón 12, que azota Kansai en estos momentos,
tras esperar un nuevo alumno de español, me paso algo totalmente
surrealista. Mi jefe me comenta, que la alumna trae una Tv, un Ipad,
u otro artefacto para mostrarme un video de una serie, una escena, o
algo en español, y que desea que se lo traduzca antes de empezar las
clases.
Se
presenta la alumna, habla un japonés muy coloquial, muy rápido, y
por tanto de mucho nivel para mi, aun así consigo entenderme con
ella, pero no con lo que quiere. Es joven, unos 30 años más o
menos, pero parece nerviosa, y tiene cierta prisa, no muestra
interés absolutamente por nada, no menciona el español, y no sabe
más que dos palabras “Señor”, y “Señorita”. No se deja
hacer preguntas, me desconcierta.
De
su bolso, abierto pero cubierto con una toallita para no poder ver su
interior, saca una pequeña video cámara. Es de esas cámaras de
diseño japonés que cabe en una sola mano, medio azul, medio
plateada. Abre la pantalla, y mientras continua hablando rápidamente
me muestra un video, totalmente casero, y personal. Yo aun no consigo
entenderla, pues estoy mas preguntándome que ocurre, que atendiendo
a sus palabras, observo la escena en la pequeña pantalla.
París,
el puente que cruza hacia el otro lado del Sena, justo enfrente de la
Torre Eifel. Un hombre de tez oscura, aparece apoyado en la baranda
con la cara hacia el río, y una mujer le hace un masaje con mucho
empeño, y con golpes constantes arriba y abajo de la espalda..
Alrededor la gente anima la escena, parece que los que los rodean son
amigos del hombre, quizás su familia. No entiendo nada, la “alumna”
sigue hablando, me pide que escuche y que traduzca lo que dicen, yo
escucho, miro, pero no entiendo ni lo que veo, ni el idioma que
hablan. ¿Que pasa?
Acierto
a ver que la mujer es la chica que tengo enfrente, luce gabardina
negra, y gafas de sol grandes, y redondas. Tras confirmarlo con ella,
le comento que no entiendo nada de lo que hablan, pues no es francés,
ni ingles, ni mucho menos español. Ella sigue con su impaciencia,
anteriormente ha sacado una libreta y un boli, nerviosamente intenta
escribir algo, me comenta que escucha palabras como “señor” o
“señorita” en el video, y piensa que hablan un español raro,
después piensa que es de un país tipo Pakistán. No sabe lo que
dice, se levanta y señala en el mapa que adorna la pared, España, y
Japón. Entiendo su japonés, pero no me creo la situación. Miro
detrás mía, quizás una cámara oculta me graba, ¿Es esto una joda
argentina?
Tomo
cartas en el asunto, y le pregunto sin tapujos, consigo averiguar,
que ella solo se encontró con ese hombre, al que cree que los demás
llamaban “Papi”, y que tras hablar con ella sobre su oficio, ella
se ofreció a darle un masaje en plena calle de París, pero
curiosamente es grabada con su propia cámara por un amigo del
hombre, que a su vez anima la escena. No los ha vuelto a ver desde
ese momento. Ella se dedica a la aroma terapia, y otras cosas por el
estilo, y en vacaciones viajó sola a la ciudad del Sena.
En
lugar de escuchar de nuevo el video, lo veo detenidamente, ya es la
cuarta vez que es reproducido. Durante el masaje, ambos casi caen al
suelo, y al final ella se ve algo agobiada y con miedo por la
reacción del hombre. Ella nunca entendió nada, se dirigieron a ella
en Ingles, pero solo al final averiguaron que su nacionalidad era
japonesa, por eso quizás la llamaron con distintos idiomas, para
averiguar de donde venia tan atrevida chica. Todo termina cuando
“Papi”, le dice, en Ingles, que después le de un masaje en su
hotel, pero acercándose mas de lo habitual hacia ella, la cual
siente miedo, se siente acosada, y fuerza una despedida.
Parece
ser que ella pensó que eran una buena familia, y amablemente se
ofreció al publico masaje, pero después sintió miedo, todavía lo
siente. Quería saber que paso en ese momento, si el hombre en si
quería ser su amigo, y ella hizo mal.
Vista
la situación, le doy mi sincera opinión. Por favor, no de masajes a
europeos, pues eso significa que es usted una mujer fácil, “Papi”
no quería ser su amigo, solo quería sexo con usted, no tenga miedo
pues “Papi” ya se olvido de usted, quizás con la siguiente mujer
que paso, y de ninguna forma va a venir a buscarla a Japón. No
importa de donde sean, si eran o no familia, que idioma hablan, solo
no de masajes a gente desconocida, Onegaishimasu!! (Por favor)
Han
pasado los 40 minutos, ella me dio las gracias llamándome Sensei,
guardo las cosas en su bolso, las volvió a tapar con su toallita, y
se marchó. Yo quedé pensando: ¿Por qué es tan difícil dar clases
de español en este país?
Pago o no pago? y te dio un masajito? Ya me la presentaras....
ResponderEliminarComo guion para una peli de Tarantino o Almodovar no está mal. Jodios japos...
ResponderEliminar