Faros de entrada a Kibune Jinja. |
El
pasado día 6 de Enero nos desplazamos hasta Kurama. Localidad rural
en plena montaña, situada a 1 hora aprox. de Kyoto dirección norte.
Un lugar lleno de magia y energía, cuna del Reiki, y lugar donde
habitaban los misteriosos monjes Tengu. Sin duda un día inolvidable.
Tras
cambiar de linea en Kyoto, tomamos la Eizan Line, una peculiar linea
que nos fue adentrando cada vez más en la montaña hasta llegar a su
última parada donde esperaba el principio de nuestra planeada ruta.
Al salir del tren unos amables 3-4 grados nos recibieron, el tiempo
era frío, pero el sol estaba esplendido, y aportaba un agradable
calorcito que hizo muy especial el trayecto. El día anterior la
nieve había caído copiosamente, arboles y caminos se encontraban
nevados. Al principio caminamos por la carretera siguiendo el curso
del río, situado a nuestra derecha, el cual bajaba saltando en
pequeñas cascadas.
EL curso del rio a contraluz. |
Las
cálidas temperaturas hacían que del asfalto saliese una neblina
como consecuencia del cambio de temperatura. A nuestra izquierda un
frondoso bosque de arboles milenarios se estiraban buscando la luz
del sol, alcanzando alturas sorprendentes. De ellos caía la nieve
derretida formando una agradable lluvia que mezclada con los rayos de
luz, que tímidamente llegaban a a través arboles, nos ofrecían un
mágico paseo.
Ya
avanzando, divisamos restaurantes, y poco a poco nos fuimos acercando
a las inmediaciones de Kibune Jinja (貴船神社).
La escalera que nos daba la bienvenida al templo era realmente
bonita, a ambos lados, faroles de un rojo intenso contrastaban con el
verde musgo de las piedras, y el negro de los escalones que nos
conducían hasta el recinto. Buscando el contraste tome muchas fotos.
En
el centro del templo había una hoguera, dentro habían puesto
incienso, por lo que una curiosa humareda inundaba el ambiente.
Frente a mi la fuente de purificación donde realizar el Temizu (手水)
antes de pedir nuestros deseos, se encontraba nevada, y se dejaba ver
entre el humo, y los rayos de sol que llegaban hasta el fuego.
La fuente de purificación. |
Al
lado, había un peculiar árbol, se citaba en un cartel que si lo
tocabas éste rellenaría tu ki (気), tu energía interior. No dude en
recargar la mía mientras tocaba su particular tronco, más puntos de
energía nos íbamos a encontrar en nuestro agradable paseo, pero aun
quedaban cosas que ver. Subiendo unos peldaños compramos nuestra
suerte o Omikuji (おみくじ)
papel que nos indicará nuestra fortuna para este nuevo año. Es algo
especial, pues no se ve su contenido hasta que lo metemos en agua,
Mari muy buena suerte, yo normal, “ paciencia que lo que esperas
llegará”, y en ello ando, poco a poco. El templo alberga otras
historias relacionadas con el emperador, y los caballos que donaba
cada año, pero para no extendernos en nuestra narración
continuaremos nuestro camino.
Nuestros Omikujis. |
El árbol del Ki ( 気) |
La parte izquierda del Templo Kibune. |
Este
nos lleva a cruzar el pequeño río, y comenzar la subida por la
montaña, un sendero que se planteaba duro, y que nos llevaría hasta
Kurama Jinja. En el río habían colocado Kadomatsu
(門松)
símbolos del año nuevo, y decoración especial colocada en las
casas o negocios para dar la bienvenida a los dioses, y pedirles lo
mejor para el año entrante. Y en la orilla enormes arboles parecían
comer humanos.
Una
vez que nos adentramos en el bosque, los escalones estaban formados
por tablones, y las propias raíces de los arboles al principio, y
piedra en los tramos finales. El camino comenzó ascendiendo, arriba
sólo se veían las copas de los arboles, la nieve creó, esta vez
sí, una curiosa y constante lluvia menos agradable que la de nuestro
tramo inicial, pero no desanimamos y tras la subida, los charcos, y
la nieve llegamos a una pequeña capilla en pleno bosque, ésta
marcaba el final del primer tramo.
No nos paramos mucho, y algo más
adelante nos topamos con otra imagen sorprendente, de nuevo un rayo
de sol entraba a través del bosque e iluminaba parcialmente el
segundo templo de la montaña, el incomodo caer del agua lo hacia más
especial.
El sendero hacia Kurama Jinja. |
Templo en pleno bosque. |
Junto
a él, dos arboles enormes unidos por la base se alzaban hacia el
cielo, al lado este otro árbol no se quedaba atrás.
Árbol grandioso. |
En piedras y
telas el símbolo de los Kurama Tengu daba intriga al lugar. El
camino continuaba ascendiendo por una larga escalera de piedra que se
mezclaba con la nieve que yace a su alrededor, y que en algunos
escalones se había convertido en resbaladizo hielo. Quedaba cerca de
1 kilómetro para llegar a otro punto de energía importante, y ya
casi el final de nuestra ruta, Kurama jinja. El descenso comenzaba, y
nuestro pies lo agradecían, pero sera en el próximo post cuando os
muestre más de este bonito lugar, muchas más escenas que merece la
pena mostrar.
Piedra con signo Tengu. |
Dejo
aquí algunos enlaces de interés sobre como llegar, y más
información sobre el lugar, pues aquí me limito principalmente a
narrar mi experiencia.
Maravilloso lugar. Pon más fotitos
ResponderEliminarBesos